Todos los jugadores de cualquier equipo de fútbol tienen durante la temporada momentos buenos y momentos no tan buenos o deseables. En este sentido, nos referimos a situaciones en las que técnicamente parece que se ha perdido la calidad o los conceptos adquiridos. En otras ocasiones, hay periodos en los que el aspecto a mejorar es el mental. Por los motivos que sean, parece que el jugador no está todo lo centrado que debería. Para reconducir la situación en ambos casos, el entrenador deberá ser capaz de entender el problema y buscar una solución lo más rápido posible y el propio jugador también deberá poner de su parte para reconducir la situación.
Además hay que tener en cuenta que los entrenadores y miembros del cuerpo técnico también pasan por momentos en los que parece que les cuesta transmitir los conocimientos o aspectos técnicos y tácticos. A pesar de que estas situaciones también pueden ser normales en cualquier equipo de fútbol, los entrenadores pueden sentirse solos en cierto modo y a pesar de que posiblemente tengan más experiencia en todos los sentidos, es un aspecto positivo recordar ciertos consejos que pueden motivarles y ayudarles a que la situación se normalice lo más rápido posible.
Por lo tanto, si el equipo está pasando por un momento complicado y difícil, el entrenador debe tener presente estos consejos o conductas anteriores porque de esta manera será más fácil que los resultados cambien. Y recordemos que en las edades más tempranas, los objetivos generales son siempre de carácter formativo. Por eso, si los jugadores van mejorando poco a poco en cada entrenamiento y adquiriendo ciertos valores básicos, las sensaciones deberían ser positivas porque significa que los objetivos fundamentales se están cumpliendo. Y en cuanto a los resultados, los entrenadores deben ser pacientes y pensar que al final llegarán.