Aprender que para conseguir un éxito quizás es necesario haber sufrido varios fracasos y que es necesario analizar rápido los errores pasa pasar página cuanto antes es una tarea muy importante que los entrenadores deben aprender a transmitir.
Cualquier victoria de un equipo en un partido o en un campeonato probablemente signifique un éxito para el grupo. Es probable que implique un éxito porque puede aportar muchas ventajas al equipo como es el reconocimiento del trabajo previo o la sensación de que se han hecho las cosas bien. Lamentablemente, ganar o tener éxito puede tener un cierto riesgo asociado porque pueden aparecer ciertas conductas que no están ligadas con lo que una victoria debería significar:
Los entrenadores deben saber gestionar el éxito para que una situación que debería tener solo ventajas, no traiga también estos y otros riesgos. Es importante que transmitan la idea correcta de lo que debería ser el éxito para aprender de él y seguir ganando. Sabiendo que después de una victoria o resultado positivo pueden aparecer distintas dificultades como las anteriores, los entrenadores pueden seguir ciertos hábitos que ayudarán al equipo a mantener los pies en el suelo. Compartir el éxito o respetar y reconocer la labor de todos los jugadores y miembros del cuerpo técnico, son conductas que pueden ayudar al equipo en la gestión del éxito.
También es verdad que en muchas ocasiones se hace referencia a la idea de que con una derrota es cuando más se aprende y que ayuda a valorar de verdad el éxito cuando se presenta. Pero para que una derrota pueda "ayudar" al equipo, también será necesario que los entrenadores aprendan a gestionarla. Para empezar, la plantilla debe ser consciente y estar preparada para una derrota o un mal resultado. Pero también tiene que tener interiorizada la idea de que el fracaso es relativo y que posiblemente más pronto que tarde se volverá a ganar si se mantiene el esfuerzo, la motivación y la capacidad de superación. Por lo tanto, los entrenadores y miembros del cuerpo técnico pueden seguir una serie de hábitos:
Los entrenadores deben transmitir a su equipo la idea de que el error forma parte del juego y de la vida. El error forma parte de la evolución de una persona y una vez aceptado y analizado debe olvidarse rápidamente. Toda opinión o juicio de valor sobre un error o situación desfavorable o pensar en que no se mejorará puede afectar de manera muy negativa al jugador. Por eso debemos minimar el fracaso para que las emociones sigan intactas y a salvo para seguir jugando con confianza y seguridad.